FT-CI

Europa y las manifestaciones contra la guerra

31/08/2003

 

 

El
inicio del año 2003 fue testigo del mayor movimiento
antiguerra de la historia. El 15 de febrero decenas de millones,
se manifestaron contra la intervención angloamericana
en Irak en los 5 continentes y particularmente entre los
países imperialistas europeos. También en
los EEUU hubo un inmenso movimiento antiguerra pese a la
durísima campaña chauvinista oficial. En Inglaterra
como en Italia o en España millones de personas manifestaron
aquel día, siendo las más grandes manifestaciones
de la historia de esos países. Millones de obreros,
estudiantes, profesionales, etc., expresaban su rechazo
al ataque, y en gran medida participaban por primera vez
de una manifestación internacionalista. El New York
Times dijo que había nacido una nueva superpotencia
que era "la opinión pública", nombre
que le dio este "honorable" diario burgués
al movimiento de masas. Algunos intelectuales estaban con
excesos de euforia, como Gilbert Achcar de la LCR francesa
que dijo "Hoy Bush perdió la guerra".
El 20 de marzo en Italia, con las primeras bombas, millones
de trabajadores interrumpieron parcialmente sus tareas en
rechazo a la guerra. Las movilizaciones continuaron durante
todo el transcurso de la guerra. Los gobiernos de Aznar
y Blair se pusieron en discusión. No había
en toda Europa Occidental una sola universidad que no tuviera
su comité antiguerra. El mismo Papa hacía
discursos "incendiarios" en los que "amenazaba"
al fanático cristiano Bush de "rendir cuentas
ante Dios". Desde Francia, Chirac se transformaba en
el líder de una coalición opositora a la guerra,
junto con Alemania, Rusia y China, que querían el
ingreso en Irak consensuado en la ONU. Países semicoloniales
como Chile o Guinea con gobiernos absolutamente vasallos
de los imperialistas se negaban a acatar los designios yanquis
(de votar en la ONU el apoyo a la invasión), cosa
que nunca habían hecho antes. Se había formado
la coalición más grande de la historia contra
los EEUU, o al menos una gran coalición que se negaba
a colaborar directamente con ellos. En los medios americanos
se estimulaba la histeria nacionalista anti francesa y en
los medios franceses se ridiculizaba al gobierno de Bush
y se hacían públicas las ligazones de éste
con los fundamentalistas cristianos.
Pese a todo esto, como sabemos, la coalición angloyanqui
entró en Bagdad con relativa facilidad. Intentaremos
analizar porqué no se pudo detener la guerra, y qué
deja este movimiento antiguerra para el futuro, y qué
conclusiones deben extraerse para las nuevas luchas.


Las manifestaciones

 

La
masividad de las manifestaciones significó una entrada
en escena en gran escala de las masas europeas. Millones
de trabajadores, estudiantes, profesionales, etc., participaban
y discutían de política a un nivel no visto
en largos años. Después de la caída
del muro de Berlín no hubo tal entusiasmo en que
las masas con su acción colectiva pudieran transformar,
aunque sea en pequeña escala, la realidad. El movimiento
antiglobal había dotado de un nuevo entusiasmo y
un nuevo espíritu a un vasto sector de vanguardia
de trabajadores y jóvenes (contando con simpatía
en sectores de masas) y le había dado un nuevo auditorio
a la izquierda más radical (ver artículo "La
huelga de la FIAT conmociona Italia", en Estrategia
Internacional N° 19). Con la guerra, el movimiento
antiglobal tuvo un diálogo con sectores de masas,
que también pedían por la "paz".
Podemos decir que desde el 15 de febrero hasta el fin de
la guerra la nueva izquierda o movimiento antiglobal se
cruzó en el camino con el movimiento de masas. Las
masas europeas, y en gran parte del mundo, vieron el ataque
a Irak como un ataque sin justificación.
Si bien la guerra del Kosovo como el ataque a Afganistán
tuvieron manifestaciones de resistencia en el Viejo Continente,
las clases medias en Europa veían como justificación
a esos ataques la monstruosa limpieza étnica de Milosevic
y el horrible régimen de los talibanes (más
el atentado del 11 de setiembre), sin ver la responsabilidad
de las potencias occidentales en su creación, ni
sus intenciones imperialistas. La gran diferencia con la
guerra de Irak es que (más allá de las monstruosidades
del régimen de Saddam) las masas de toda Europa y
gran parte del mundo, percibieron que los EEUU estaban yendo
demasiado lejos y que esta guerra iba a afectar su vida
cotidiana. Dentro de los que se opusieron a la guerra básicamente
podemos identificar tres "corrientes de pensamiento":
una parte importante de la población percibía
que esta guerra sin ninguna excusa creíble podía
desencadenar una dinámica de guerra (con sus respuestas
terroristas, etc.) que llegara al corazón de Europa.
Otra parte más conservadora (y europeísta)
pensaba que el hecho de que los yanquis se apropien del
petróleo iraquí y dominen indiscutiblemente
esa región del mundo, tocaría directamente
los intereses europeos (particularmente franceses y alemanes)
en el mundo.
Y por izquierda, una nueva generación que comenzó
a expresarse en el llamado movimiento antiglobal, que denuncia
en forma genérica los males del capitalismo, conformaba
una nueva militancia (que se agrupa en organizaciones autonomistas,
en las que se reivindican del trotskismo o también
en Rifondazione Comunista en Italia, que también
agrupa en su seno varias alas que se reclaman trotskistas).
Estos últimos gozaban de la autoridad moral que les
daba no haber sido partícipes de las recientes guerras
imperialistas y de haberlas denunciado. Esta combinación
de hechos dio a la izquierda radical la oportunidad más
importante para hacer oír su voz en décadas.
Ninguno de los opositores a la guerra en Irak podía
atacar más o menos abiertamente a los referentes
antiglobal, ya que la socialdemocracia, los sindicatos oficiales
y los partidos burgueses sin excepción, fueron corresponsables
junto a los yanquis de las anteriores incursiones imperialistas.
Se desarrolló una gran oportunidad para abrir una
discusión contra los "socialistas" gubernamentales
y demostrar que ellos se encuentran entre los grandes enemigos
de la "paz". Sin embargo, esta perspectiva no
se desarrolló. Al contrario, el ala europeísta
intentó en todo momento que el pacifismo más
general del movimiento no se desbordara hacia un cuestionamiento
más generalizado de los gobiernos guerreristas y
sus sotenedores más o menos tácitos e indirectos.
El corto tiempo que duró la guerra, más el
hecho de que no se desarrollara una "resistencia irakí",
mientras atacaba la coalición angloamericana y las
masas se manifestaban, bloqueó la posibilidad de
que el movimiento antiguerra se radicalizara y cuestionara
de conjunto al imperialismo. Con la derrota de Irak se apagaron
las manifestaciones multitudinarias y se evitó que
los gobiernos entraran en crisis (como la que tiene Blair
hoy) con las masas en las calles. A continuación
analizaremos cuáles fueron las causas y las ideologías
que sustentaron este movimiento.

 

Los
imperialistas europeos

 

Los
que denominamos el sector conservador o pro imperialista
europeo se basaban en cuestiones materiales. Los llamados
a atacar Irak por parte de los EEUU se iniciaron casi simultáneamente
al fin de la ocupación en Afganistán. En su
"Cruzada contra el terrorismo", G. Bush junior
designa a Irak inmediatamente como parte del "eje del
mal" y para el "ataque final" comienza la
cuenta regresiva.
El movimiento de masas, que no cree desde un inicio el engaño
de que Irak tenga armas de destrucción masiva o que
el régimen de Saddam sea un peligro para el resto
de la humanidad y no solamente para su propio pueblo, comienza
a manifestarse en todo el mundo.
Pero la gran novedad es que los gobiernos francés
y alemán, uno conservador y el otro socialdemócrata,
se oponen a la intervención norteamericana, generando
un hecho inédito en las últimas décadas.
Desde el fin de la Segunda Guerra mundial los imperialistas
eran liderados en forma indiscutida por los EEUU y si bien
había algunas disidencias, eran conjuradas y después
todos se disciplinaban detrás del hegemón
americano. Hoy otras potencias imperialistas como Francia
y Alemania (teniendo como aliadas a 2 ex potencias del "campo
socialista" como Rusia y China) se animan a contradecir
o a desafiar a los yanquis. Esto, que para muchos, aún
en el campo del marxismo era imprevisible, y que obedece
a causas estructurales político-económicas
(ver el artículo "Un intento de redefinir la
hegemonía imperialista" de Juan Chingo y Aldo
Santos en Estrategia Internacional N° 19), se desarrolló
en una forma clara en todo el periodo previo a que se desencadene
la guerra, y aún hoy el futuro de Irak (y de toda
la región) es un terreno de confrontación
(por ahora solamente político) entre los EEUU y la
"vieja Europa", como Donald Runsfeld llamó
a Alemania y Francia. La puja entre los diferentes imperialismos
por la reconfiguración de las "posiciones"
en el mundo se ponía en evidencia en los debates
en la ONU.
Así como las poblaciones europeas eran netamente
opositoras a la guerra, las diferentes burguesías
de los países centrales de la Unión europea
tenían una posición mayoritariamente contraria
a la guerra. El Reino Unido (menos ligado estructuralmente
a la UE) fue el único que pudo declararse abiertamente
a favor de Bush y mandar sus soldados. Ni Aznar, que fue
a la cumbre de las Azores, ni Berlusconi (que tenía
en el interior de su país la oposición de
importantes burgueses como Moratti (Pirelli), Illy... y
nada menos que el Vaticano), pudieron ir hasta el final
en su apoyo a los yanquis no sólo por las movilizaciones
de masas sino porque gran parte de sus burgueses son partidarios
de la construcción europea como plataforma de su
expansión global.

 

Europa
como ideología

 

Desde
el inicio de la construcción de la Unión Europea,
la burguesía ha creado mucha ideología con
esto. Después de la aprobación del tratado
de Maastrich en los inicios de los ’90, la burguesía
europea promueve a la Unión Europea como la panacea
en donde no existen las fronteras (entre los estados adherentes)
en un continente donde las guerras fratricidas habían
desencadenado dos guerras mundiales. Asimismo para la opinión
común, contraponen a la Unión -en donde no
existe la pena de muerte- a los EEUU, de la misma manera
el llamado "capitalismo social" de Europa, al
"capitalismo salvaje" yanqui. Cincuenta años
sin guerras con una transición hacia una unidad pacífica,
más el "Estado de Bienestar" son los principales
pilares que sostienen la ideología europeísta.
El discurso ecologista y de la sanidad "del cuerpo
y el ambiente" en defensa del protocolo de Kyoto y
contra los OGM de parte de los capitalistas europeos, es
hecho ideología para contrastar con los norteamericanos
"antiecológicos". En el marco de la cuasi
recesión que hoy existe en la economía mundial,
cada nicho del mercado es peleado con uñas y dientes...
y con ideología. La ideología del "europeísmo"
como salida ética a la crisis de la humanidad, se
hizo presente en la confrontación con los EEUU por
Irak. El rechazo al Tribunal Penal Internacional, por parte
de la administración americana, da a los imperialistas
europeos un aurea "ética" y multilateral,
confrontada con el unilateralismo belicista yanqui.
Curiosamente el conservador Chirac como defensor de las
instituciones internacionales burguesas (la ONU, principalmente)
y el statu quo internacional, aparecía como progresista
ante los ojos de intelectuales llamados de centro izquierda
como por ejemplo Gunther Grass y Almodóvar que escribieron
una carta titulada "Gracias Presidente Chirac",
por su posición ante la guerra, expresando el pensamiento
de gran parte de las masas no sólo en Europa, sino
también entre los opositores a la guerra en los EEUU
y en el resto del mundo.
Filósofos como Jacques Derrida y Jürgen Habermas
declararon al 15 de febrero como el día de nacimiento
de una "identidad europea", contrapuesta a la
norteamericana. Su texto fue publicado en los principales
diarios europeos al mismo tiempo el 4 de junio (Reppubblica,
El País, Liberation, etc.). Estos dos famosos filósofos
(llamativamente... uno francés y el otro alemán)
intentan demostrar que la "Vieja Europa" ha aprendido
de su decadencia como imperio ("Con la creciente distancia
de la época de los dominios imperiales y de la historia
colonial, las potencias europeas han también tenido
la oportunidad de situarse a una distancia reflexiva de
sí misma" dicen en "Europa a la búsqueda
de su identidad perdida") y ahora puede enseñarle
virtudes a su rival/aliado americano. El fin de la "era
imperial" de Europa, favorecería el multipolarismo:
el hecho de reconocerse derrotados (en cuanto a las pretensiones
hegemónicas imperiales) "podría haber
favorecido la renuncia al eurocentrismo, dándole
alas a la esperanza kantiana de una política interna
mundial." 1 La "vieja Europa" intenta aparecer
como una fuente de "racionalidad", contrapuesta
al "belicismo" norteamericano.


El 15 de febrero

 

La
jornada del 15 de febrero fue convocada originalmente por
el FSE de Florencia (en realidad el 14, por IG Metall, SUD
y los COBAS) como día para una huelga general europea
contra la guerra, y retomada/transformada por el FSM como
jornada mundial de manifestaciones contra la guerra. Finalmente,
la amplitud del movimiento transformó al 15 de febrero
en una jornada histórica. La gran motivación
de la inmensa mayoría de los participantes fue la
paz. Las manifestaciones y huelgas generales en España
e Italia en el 2002, y aún las marchas contra la
guerra de Afganistán en Inglaterra hacían
presagiar que estábamos de frente a un movimiento
de masas enorme. Pero el rechazo y el temor (impulsado desde
los medios) de las masas europeas a que la guerra se generalice
y desestabilice el viejo continente transformaron a estas
manifestaciones en grandes hechos de masas. Los efectos
de la puja entre Francia y Alemania por un lado y los EEUU
por el otro, despertaron una ola que mezclaba temor y rechazo
por la política de Bush y Blair.
Sin embargo, la enorme masividad no se correspondió
con una radicalización, ni política ni en
las acciones. Salvo algunas acciones aisladas en Inglaterra,
y acciones radicalizadas de vanguardia juvenil y obrera
en Italia, no hubo acciones generalizadas en el sentido
de detener la guerra concretamente. No hubo ningún
paro general contra los gobiernos guerreros en Europa (Blair
y Aznar). Y no hubo ninguna corriente de masas ni de vanguardia
amplia que se manifestara por la derrota del imperialismo
y por el triunfo de Irak.
Sin embargo, si con el movimiento antiglobal decíamos
que una nueva vanguardia entraba en escena, con las manifestaciones
antiguerra una nueva generación entra en la vida
política. Los millones que se manifestaron en Europa
apenas dijeron sus primeras palabras en la política.
Si bien la idea hegemónica entre los manifestantes
era la paz, y se tiene más confianza en la Unión
Europea en contraposición a los EEUU, la idea de
la "paz europea" no tiene una arquitectura política
muy fuerte. Los dos líderes que más se opusieron
a la guerra (Chirac y Schroeder) tienen que enfrentar un
importante nivel de protestas internas. La popularidad de
la que goza todavía Chirac se debe a que tuvo que
enfrentar a Le Pen en las elecciones y se opuso a la guerra:
él es visto casi como un socialdemócrata (en
particular fuera de Francia) y tiene muchos más problemas
(enormes huelgas) cuando tiene que llevar adelante su política
neoliberal en su país. En el caso del "socialista"
Schroeder, que ganó ajustadamente las elecciones
por su oposición a la guerra, también debe
enfrentarse al descontento de la clase obrera por la política
de corte de conquistas sociales. Aunque los partidos socialdemócratas
estén en relativo ascenso donde no gobiernan (como
en España, Italia, e inclusive en Francia) no es
la corriente socialdemócrata de conjunto (a la que
pertenece también Blair) la que va a capitalizar
políticamente este enorme movimiento pacifista. Se
tuvo que limitar a impedir que se radicalice.


El Foro Social Mundial

 

Ante
la emergencia del movimiento antiglobal, como representación
del hartazgo con el capitalismo en vastos sectores de vanguardia
y de la crisis de la llamada Tercera Vía, de la decadencia
de la idea post ’89 de ascenso ilimitado del capitalismo,
los imperialistas europeos (en particular los franceses)
intentaron desviar toda esta energía contestataria
hacia el "antiamericanismo". La creación
del FSM, sostenido activamente por varios integrantes del
gobierno socialdemócrata francés (en el 2001),
tuvo el objetivo de domesticar al movimiento antiglobal,
que en su cuestionamiento genérico al capitalismo
e imbuido de un incipiente internacionalismo, representaba
un potencial problema para los gobiernos europeos en particular.
Llamativamente en el Foro de Porto Alegre tenían
un rol primordial los intelectuales franceses (como los
dirigentes de Le Monde Diplomatique), pequeños patrones
agrícolas como José Bové, o las organizaciones
como ATTAC, sin que en Francia exista un movimiento antiglobal
numéricamente considerable.2 En el FSM del 2002,
el presidente Chirac envió a un representante suyo
como observador. El imperialismo francés a través
de sus organizaciones "progresistas", trataba
de llevar el naciente movimiento antiglobal, hacia una política
tendiente a "humanizar el capitalismo". Y como
todos sabemos, el capitalismo más humano... no puede
ser otro que el europeo.
El eje político llevado adelante por los que realmente
deciden en el FSM (es decir la socialdemocracia, en particular
a través de sus intelectuales, más los grandes
sindicatos, etc.), era contraponer a la política
de Bush el europeísmo. Había que evitar la
posibilidad de que el movimiento de masas transforme la
resistencia a la guerra contra Irak en una lucha social
contra sus propios gobiernos. En el año 2003, los
sindicatos europeos (la CES) estuvieron presentes en Porto
Alegre para darle una contención al sentimiento de
repudio hacia la guerra. Ya en el Foro Social Europeo de
Florencia, presionados por la movilización de masas
y las luchas de los trabajadores de la FIAT, los sindicatos
"alternativos" y "combativos" (IGM,
SUD, Cobas) europeos habían declarado que harían
una huelga europea contra la guerra, para evitar que los
corran por izquierda con un lógico reclamo de "paz".
Esta huelga nunca se hizo. Los grandes sindicatos participaron
de la preparación de las manifestaciones para que
la clase obrera no fuera el centro de gravedad de la lucha
contra la guerra, "respetando" la ideología
"movimientista" del Foro.
Si la mejor manera para luchar desde Europa contra la guerra
era luchando por tirar abajo a los gobiernos de la guerra
(Blair y Aznar más directamente o Berlusconi en una
menor medida, por ejemplo), ni el FSE, ni las centrales
sindicales ni los partidos de izquierda lanzaron una sola
consigna en ese sentido. La corta duración de la
guerra impidió que estuviera planteada esta perspectiva
en la realidad. La caída de alguno de los gobiernos
de la guerra también podía haber estimulado
a la clase obrera de los países de los gobiernos
"pacifistas", que fueron los países que
tuvieron mayor conflictividad social en la primera mitad
del 2003 (Francia y Alemania). Al mismo tiempo que se realizaban
los preparativos para la guerra en Irak, Francia enviaba
miles de soldados a Costa del Marfil, cosa que no fue denunciada
en ningún momento por el Foro Social Europeo o Mundial.
O sea, lejos de lo que sostienen Derrida y Habermas, los
imperialistas europeos no han "renunciado al eurocentrismo"
o al imperialismo, sino que los Estados Unidos han sido
los grandes ganadores de la 2da Guerra Mundial e impusieron
su hegemonía. Esto, más casi dos siglos de
lucha anticolonial (y lucha revolucionaria en el último
siglo) en el llamado Tercer Mundo han dejado atrás
a las potencias europeas respecto a los EEUU. La idea de
una Europa con mayor "estatura moral" que los
EEUU, hoy es parte del "sentido común"
de las masas europeas. Esta "prudencia" europea,
"antagónica" del unilateralismo yanqui,
es producto de la consideración de que la estrategia
americana no sólo va contra intereses vitales europeos,
sino que consideran que ésta generará más
desestabilización y más terrorismo.
Pero lo que es realmente grave es que importantes partidos
y corrientes de izquierda con gran influencia social sostengan
sustancialmente lo mismo. En el FSM tienen un peso importante,
a nivel ideológico, los neo autonomistas y su líder
ideológico Toni Negri. Como ala izquierda participan
algunos de los más importantes grupos políticos
de la llamada izquierda radical en Europa: la LCR francesa,
el SWP inglés o Rifondazione Comunista en Italia,
por ejemplo.3 Tanto Negri, como el francés Krivine
o el inglés Callinicos (ambos de origen trotskista),
representan a los ojos de la vanguardia, una continuidad
entre las luchas del ’68-’80 con la actualidad, y tienen
el prestigio de no haber estado comprometidos directamente
con el stalinismo, ni haberse vendido a la burguesía
(como Cohn-Bendit y gran parte de la generación francesa
del ’68). De los grupos importantes de izquierda en Europa,
sólo Lutte Ouvrière y el PT en Francia4 no
participan del FSM.
Por lo tanto consideramos de radical importancia discutir
las ideas y la práctica de quienes sostienen que
el FSM juega un rol progresivo en las luchas y en la reconstrucción
de la subjetividad de la clase obrera y la juventud. Más
atrás decíamos que del 15 de febrero al fin
de la guerra la extrema izquierda tuvo una oportunidad histórica,
no sólo para crecer, sino para dar una lucha contra
las direcciones reformistas proimperialistas europeas. Nosotros
opinamos que se perdió una gran oportunidad, sobre
todo, por los límites ideológicos y políticos
de esta extrema izquierda. A continuación analizaremos
las ideologías de los neo autonomistas y la izquierda
del FSM en relación con el europeísmo, para
ver si representaron una alternativa real a las ideas de
Derrida y Habermas y a los aparatos reformistas.


Los neo autonomistas

 

Pese
a su número relativamente pequeño a nivel
internacional (tienen una relativa importancia en Italia,
Alemania o España) el discurso de los autonomistas
adquirió una popularidad importante en Europa. El
desmembramiento del llamado "socialismo real"
y por consecuencia de los partidos stalinistas en Europa
occidental, abrió el camino a una ideología
"antipartido" de la cual los autonomistas se aprovecharon.
Hoy en el movimiento antiglobal se sostienen muchas de las
teorías neo autonomistas. Los líderes intelectuales
del movimiento con ropaje más de izquierda, como
Vittorio Agnoletto, del Genoa Social Forum difunden una
ideología de "movimiento" con muchas cabezas
(el movimiento de los movimientos, entre los cuales el movimiento
obrero es uno de ellos), con una fraseología más
bien izquierdista (lo llamó al movimiento "intelectual
colectivo", bastardeando la definición de partido
revolucionario de Gramsci) pero negándole objetivos
concretos. La teoría de la "multitud constituyente",
sin una clase como sujeto, deja el espacio abierto a utopías
reaccionarias (tipo ecologistas anti-industria o pacifistas
religiosos) dentro de los que se reivindican neo autonomistas.
Al no hacer una oposición de clases, sino de la "multitud"
contra el "Imperio", los neo autonomistas eran
enemigos de la lucha por la huelga general contra la guerra.
En Estrategia Internacional, venimos haciendo la crítica
a las teorías de Negri desde 1999, y no vamos a repetir
los mismos argumentos. Pero en esta oportunidad veremos
un nuevo giro a la derecha: la ligazón de la crítica
del "Imperio" con el europeísmo. En este
caso, Negri realza las "virtudes" del Imperio
(deslocalizado, sin centros, extendido a nivel planetario),
liderado por el eje franco-alemán, simbolizado por
la Unión Europea sin fronteras interiores como modelo,
contra el "imperialismo Ancien Règime"
de Bush.
Dice Negri en la revista italiana Global N° 1: "Ahora
nosotros sabemos que Europa no se puede formar como unión,
sino derrotando el empuje ultrancista del liberalismo americano.
Es un bien que la crisis iraquí haya puesto a los
dos países más fuertes de Europa continental,
Francia y Alemania, el problema de reconectar el impulso
hacia la unidad europea y la defensa de la singularidad
del social europeo. Europa no podrá ser construida
más que sobre esta base y a partir del empuje que
Francia y Alemania están ejercitando para colocar
sobre el orden global un modelo antiliberal de desarrollo
económico y una cultura antiliberal de crecimiento
de las potencias productivas." 5 En este párrafo
Negri reivindica el rol de Francia y Alemania como ejes
constructores de la Unión Europea ("es un bien"),
y defensores de la "singularidad del social europeo".
Pero Francia y Alemania son dos países imperialistas
de primer orden, con un gran peso en Africa, Europa del
Este y con importante participación en las privatizaciones
y en la deuda externa de América latina. También
es notoria la participación de las empresas francesas
y alemanas en Irak (particularmente la petrolera Total Final
Elf). Asimismo, "la singularidad del social europeo",
o sea las conquistas históricas de la clase obrera,
están siendo gravemente atacadas. Esto es notorio
en Francia donde millones de trabajadores estatales se enfrentaron
a las reformas liberales llevadas adelante por el gobierno
Chirac-Raffarin. ¿Y qué perspectiva propone
para las "multitudes europeas"? "En los países
donde las burguesías son más egoístas
y las resistencias menos fuertes (Italia, España,
etc.) se trata de abatir los gobiernos que están
de la parte del capitalismo americano. Esta batalla debe
ser conducida con coherencia extendiendo las alianzas dentro
de lo posible de este proceso enfrentando cualquier otra
vía de construcción europea." 6 En este
caso va mas allá y proclama abatir los gobiernos
pro americanos y "extender las alianzas" con Francia
y Alemania, pero ¿bajo que argumentos Negri puede
decir que son menos "egoístas" las burguesías
francesas y alemanas porque no están con el "capitalismo
americano"? Veamos: "El unilateralismo americano
de la administración Bush está ligado estrechamente
a los intereses de la más vieja economía,
a las fuerzas de la industria siderúrgica y petrolera,
de los constructores de armas pesadas y carros armados (...)
Por el contrario la presión del interés a
la unión europea se desarrolla sobre la base de la
nueva fuerza productiva que socialización e informatización
de la producción permiten a las multitudes europeas."
7 Sin embargo, la informatización de la producción
no es una "singularidad" europea, sino que abarca
dimensión mundial, y particularmente en la costa
oeste de los EEUU y en... Texas es donde hay una enorme
concentración de empresas de informática.
¿Es que Seattle queda en Alemania? ¿Es que
Total Final Elf tiene su sede central en Texas? ¿No
hay siderurgia en Alemania y Francia? ¿El capitalismo
informatizado representa una ventaja en el nivel de explotación
de los trabajadores y de opresión del "Tercer
Mundo"? Bajo una serie de argumentos sin sustento en
la realidad Toni Negri toma parte abiertamente por el capital
franco-alemán. Quien en los años ’60, había
analizado en forma aguda a la clase obrera italiana y previsto
la explosión del ’69, hoy usa amalgamas para hacer
propaganda antiamericana y pro europea. Es particularmente
grave en el momento en que empiezan a verse las primeras
fallas en la arquitectura mundial imperialista, la toma
de posición de Negri a favor del eje franco-alemán
en la pelea por la hegemonía en el mundo. Si bien
termina diciendo que es una elección táctica
("Subrayar que también algunas de las aristocracias
globales -la alemana y la francesa, por ejemplo, pero también
probablemente la rusa y la china- se alineen hoy con quien
lucha por la democracia, representa sólo una positiva
condición táctica"), las frases precedentes
utilizadas para determinar su posición, dejan ver
que la suya es una elección estratégica. No
se puede decir que esta toma de posición pro europea
sea una "desviación" de Negri, ya que podemos
encontrar los mismos argumentos entre otros textos autonomistas.
La principal revista autonomista de Francia, Multitudes,
en su artículo "Europa agujero negro" de
Yann Moulier Boutang dice "Las circunstancias mundiales
exigen una línea claramente alternativa a la gestión
bushiana del mundo. Reclaman que esa gestión la lleve
adelante la UE que se sitúa más allá
de los nacionalismos." 8 Y más adelante retoma
la tesis de Derrida que sostiene que el 15 de febrero fue
un día fundacional para la identidad europea "Sólo
la expresión de las multitudes esboza el pueblo europeo
que hoy por hoy no se puede encontrar." 9 El discurso
del Imperio es retomado también por la dirección
de Rifondazione Comunista (votado en el último congreso)
que niega el carácter imperialista de las potencias
europeas (y más especialmente el de su propio país,
Italia) llegando a llamar a Berlusconi "vasallo"
de Bush en la tapa de Liberazione del 1° de julio,
como si Italia fuera un país colonizado. Al igual
que los movimientistas más "puros", RC
nunca desarrolló una lucha en el camino de la huelga
general contra la guerra. Su programa pro europeísta
se revela cuando quienes eran contrarios a la guerra "con
o sin ONU", son favorables a la "paz con la ONU",
o sea a la entrada de los "Cascos Azules" una
vez que los norteamericanos entraron en Bagdad. La pugna
"ONU contra EEUU" impulsada por RC, reproduce
la lógica de Chirac de intervención imperialista
a través de la "comunidad internacional",
o sea, con el acuerdo de las potencias europeas.
En el marco de la crisis de las relaciones entre EEUU y
Europa, las tesis autonomistas se han revelado como un soporte
a las ideas del europeísmo. Los partidos y grupos
que reivindican estas ideas han actuado como sostenedores
del imperialismo europeo.


El ala izquierda del Foro

 

Dentro
del FSM tienen una gran importancia los grupos que se reivindican
trotskistas. Figuras intelectuales y políticas como
Callinicos (SWP), o Krivine y Bensaïd (LCR), son escuchados
más allá de las fronteras de sus propios países.
En su nuevo libro, Le nouvel internationalisme (El nuevo
internacionalismo), Daniel Bensaïd reflexiona sobre
la relación existente entre el FSM y las luchas presentes
y futuras, y la relación de los EEUU con el mundo
en general y Europa en particular. El ve en el FSM el nuevo
punto de reagrupamiento y convergencia para relanzar el
movimiento social a escala global, definiendo "Porto
Alegre, capital mundial de la resistencia a la globalización
mercantil y al militarismo imperial." 10 La ligazón
entre el 15 de febrero y el Foro lo entusiasma y ve en ello
una perspectiva: "El espíritu de Porto Alegre
descendió por las calles. ¿Una "Internacional
sin nombre"? ¿Una forma emergente, donde no
conocemos (todavía) los contornos?" 11 Y aún
más "De Seattle a Porto Alegre, bajo la Internacional
de las resistencias emerge una Internacional de las alternativas
a la guerra imperial, a la privatización del mundo,
a la mundialización mercantil (...) La Internacional
por venir será en una cierta medida, por su extensión
geográfica y por la diversidad de sus componentes,
la Primera Internacional efectiva, al decir de Michaël
Lowy. Ella inventará formas inéditas sin abolir,
por tanto, la memoria de las experiencias pasadas, y ella
será su desembocadura y su heredera." 12 Esa
es la visión de Daniel Bensaïd sobre el rol
actual y el futuro del FSM.
Si bien sabemos que la LCR, sección francesa del
SU, tiene diferentes corrientes internas, la ideología
elaborada por Bensaïd, pensamos que representa una
base teórica de la práctica que lleva adelante
la LCR, y por eso polemizaremos con sus ideas.


a- FSM, ¿La nueva Internacional?

En
primer lugar, ¿es el FSM la continuidad, o está
dentro de él la continuidad de las Internacionales
revolucionarias? La primera Internacional nace para agrupar
a la clase obrera para enfrentar a los patrones y sus estados
con el Manifiesto Comunista como programa. El FSM, agrupa,
entre otros, al reformismo socialdemócrata (fundamentalmente
a través del PS francés, la DS italiana y
las centrales sindicales que las siguen en toda europa,
y con el PT brasileño), a los viejos partidos stalinistas
o neocomunistas latinoamericanos y europeos fundamentalmente.
A estos hay que añadirle los partidos Verdes, y otros
pequeños grupos burgueses (como el MDC de Chevenement
en Francia) o alas de las iglesias cristianas. El FSM no
impulsa la independencia de clase de los trabajadores de
la burguesía como sí lo hacía la I
Internacional.
Pero Bensaïd insiste en que estos grupos estuvieron
relegados a roles menores, sin importancia (como el Foro
de los intendentes, por ejemplo). Sabemos el peso estructural
que aún conservan estos viejos partidos en los sindicatos
(por ejemplo en la CGIL, la CGT francesa, CCOO y la UGT
en España, etc). Bensaïd nos aclara que en el
FSM "la participación sindical es significativa,
(...) ella está marcada por la CISL (Confederación
Internacional de Sindicatos Libres), la CMT o la Confederación
Europea de los Sindicatos" (...) "los sindicatos
son, de lejos, el movimiento social más masivo [en
el FSM] con un total de 160 millones de miembros."
13 Entonces, ¿porqué no se llamó a
una huelga general contra la guerra? Las direcciones capaces
de convocarla integraban el foro. En países como
Inglaterra, Italia o España, la voluntad de luchar
contra la guerra fue muy evidente, así como la participación
obrera en las marchas. Si no existió tal huelga en
ninguno de estos países es porque ninguna de estas
direcciones la quiso llamar y no había otras capaces
de hacerlo. ¿Estas centrales sindicales internacionales
(y sus secciones nacionales) son parte de la "Internacional
de las alternativas a la guerra imperial"? Nosotros
creemos que, por el contrario, se trata de burocracias sindicales
muy ligadas a sus patronales y a los partidos reformistas
como lo han demostrado en los últimos 70 años
por lo menos. Si la Nueva Internacional de las Resistencias
"inventará formas inéditas sin abolir,
por tanto, la memoria de las experiencias pasadas, y ella
será su desembocadura y su heredera", ¿qué
pasa con la socialdemocracia y el stalinismo, con la colaboración
de clases organizada en partidos y sindicatos reformistas?
Nosotros pensamos que "la memoria de las experiencias
pasadas" incluye sacar las lecciones de la colaboración
de clases y el patriotismo proimperialista, razones centrales
de las rupturas con la socialdemocracia y el stalinismo.
¿Es que los viejos sindicatos (que sostuvieron y
sostienen a los gobiernos europeos) más las "nuevas
organizaciones" reformistas (como ATTAC) son una continuidad
del internacionalismo revolucionario? La alianza estratégica
que el SU (y todas las corrientes que se reivindican revolucionarias
dentro del FSM) establece en el FSM, tiene como objetivo
cubrir el flanco izquierdo del movimiento de masas, y sostenerse
"al costado" de los aparatos reformistas sin combatirlos.
El FSM está muy lejos de ser una nueva Internacional
revolucionaria, ni siquiera un reagrupamiento progresivo,
en los hechos termina por actuar como ala izquierda del
imperialismo europeo.
Aun los más de izquierda dentro del FSM, como el
SWP inglés, se limitaron a luchar para que las manifestaciones
sean lo más grandes posibles, pero sin luchar por
un programa alternativo al de la socialdemocracia o a los
europeístas. Dijo Callinicos, el principal dirigente
del SWP "La potencialidad de lo que podemos hacer está
demostrado en Florencia, si nosotros (el ala radical) no
hubiésemos peleado contra la derecha del movimiento
(ATTAC) no hubiese salido la propuesta de la marcha, por
eso, para quienes nos dicen que hacemos concesiones a la
derecha, les decimos que no es así, que si nosotros
no hubiésemos dado esa batalla, no hubiésemos
visto las multitudinarias marchas contra la guerra. Pero
esa izquierda va a ser más amplia que la izquierda
tradicional marxista, hay que hacer un movimiento amplio,
para dentro del mismo organizar a los socialistas revolucionarios
en cada frente del movimiento, eso es lo que hicimos hasta
ahora y lo que haremos en los próximos foros"
(Marxism today, 2003). Con un discurso más de izquierda
que Bensaïd (reconoce un "ala derecha" en
el FSM), Callinicos apunta sustancialmente a lo mismo que
la LCR. Se ocupa de desarrollar los Foros sociales ("más
amplios que la izquierda marxista" ) y renuncia a la
lucha para que los "socialistas revolucionarios"
dirijan el movimiento, le peleen la dirección a los
reformistas, y le den un cauce, precisamente, revolucionario.


b- La LCR y el imperialismo europeo

En
relación a la Unión Europea Bensaïd dice:
"Ella representa muy bien un imperialismo, aliado ciertamente
[a los EEUU], pero potencialmente competidor." 14 Y
viendo a la UE desde el punto de vista militar dice: "O
la Unión Europea queda para ellos [los EEUU] como
una potencia aliada y subalterna en el seno de la OTAN,
y los acompaña con el ceño fruncido en sus
nuevas aventuras imperiales, en el Golfo, en los Balcanes,
en Afganistán o donde sea. O ella se lanza por su
propia cuenta en la carrera hacia la mundialización
armada." 15 Finalmente desde el punto de vista económico
dice que "La aceleración planetaria de la globalización
se traduce en una concentración y una centralización
multinacionales del capital (las fusiones entre las empresas
europeas y americanas o japonesas), son inmediatamente opuestas
a una concentración y centralización en manos
europeas; los espacios de integración se superponen
y se imbrican, hipotecando la formación de una clase
dominante propiamente europea." 16 Esta es la visión
de la UE en el mundo.
Es cierto que los resononantes ejemplos de la fusión
entre la Dailmer Benz alemana y la Chrysler norteamericana
o la Renault francesa y la Nissan japonesa , entre otros,
muestran el avance de tendencia a la mundialización
del capital entre los tres polos de la tríada imperialista.
Sin embargo, la tendencia predominante es el avance de las
fusiones o centralización del capital a nivel regional,
que es la fuerza estructural que esta detrás, a pesar
de las enormes contradicciones nacionales, del proyecto
de construcción europea y su intento de acelerar
su construcción política y -aunque mucho más
inicialmente- en el terreno militar.
Contrariamente a lo que dice el desusado discurso globalizador,
frente a la actual crisis de la economía mundial
en curso los Estados imperialistas juegan un rol cada vez
más fuerte en el mercado internacional. Esto puede
apreciarse abiertamente en la intervención del Estado
en el salvataje de las grandes empresas en crisis, entre
las que se destacan la intervención del gobierno
de Schroeder con la ayuda de Francia en Mobilkom (el coloso
telefónico) y la compra del 30% de las acciones de
Alstrom (produce los trenes TGV y tiene presencia en más
de 30 países) por parte del Estado francés.17
Lo mismo sucede al otro lado del Atlántico (EEUU)
o en Japón. Al contrario de las recomendaciones que
los organismos multilaterales de créditos como el
FMI y el Banco Mundial dan a los países semicoloniales
alentando la bancarrota de muchas de sus empresas, en los
países imperialistas en general, y en Europa en particular,
los Estados burgueses defienden sus empresas económica
y políticamente en la lucha por el mercado mundial.
En este marco, la principal contribución de los Estados
imperialistas a esta dura lucha competitiva es el avance
en la integración regional (económica en primer
lugar, que se continúa de forma política y
militar), del que el ejemplo más notorio y avanzado,
a pesar de los enormes obstáculos por delante, es
justamente la Unión Europea. El razonamiento que
niega esta realidad oscurece las razones de la actuación
de las potencias europeas en el mundo, lo que deja abiertas
enormes ambigüedades en el terreno de la práctica
política.
Así en un artículo de Catherine Samary (dirigente
de la LCR) en Rouge: "La "soberanía"
popular debe expresarse a todos los niveles donde se imponen
nuevos derechos o son puestos en cuestión los viejos
derechos: desde lo nacional a lo planetario, pasando por
la escala europea. Esto es lo que la población europea,
los movimientos sindicales, asociativos, feministas, la
nueva izquierda que se debe construir a escala europea,
podrían exigir de la "convención"
sobre el futuro de la Unión. Que éste sea
abierto y transparente, y que les dé a las poblaciones
y a los parlamentos elegidos todos los medios y los tiempos
de un vasto debate social" ("Sommet Européen
de Laeken, Poker Menteur"). Como vemos, ellos diluyen
el carácter de alianza imperialista de la Unión
Europea, y tienen expectativas en que se le puede "exigir"
mejoras a la ultraburocrática Convención que
prepara la nueva constitución europea, dándole
mayor importancia a los "parlamentos elegidos"
de cada país. Si Francia es considerado un país
imperialista, en el contexto de una Europa unida y "social"
("que se pueda abrir al este y al sur" como dice
Samary) perdería su carácter imperial. La
LCR, que en el 2° turno de las presidenciales votó
a Chirac, y antes de la guerra llamó a Chirac a poner
su veto en la ONU (cosa que finalmente anunció el
presidente francés), hoy plantea presionar a la reaccionaria
convención constituyente europea presidida por otro
derechista francés como Giscard D’Estaing, para que
se "abra" hacia los "parlamentos elegidos"
como garantía democrática.
La LCR considera a la UE como una "entidad reformable".
La ecléctica definición de imperialismo y
su aplicación por cuanto concierne a los países
europeos, que en los hechos niega que sean imperialistas,
lo hace estar en el FSM al costado de los sirvientes de
los imperialistas europeos.


Una nueva generación

 

El
resultado más positivo de las manifestaciones antiguerra
es la entrada a la vida política de una nueva generación
de jóvenes y trabajadores. Pese a la influencia de
los aparatos pro europeos, dentro de las manifestaciones
se vieron solamente en forma aislada expresiones de chauvinismo.
El carácter mundial de las movilizaciones (y que
se hayan desarrollado también en los EEUU) le dio
un carácter internacionalista, pese a los límites
no superados del pacifismo. El hecho de que la guerra no
haya sido detenida produjo desilusión, pero también
una reflexión en el sentido de cuál es la
salida contra las tendencias (naturales) belicistas de los
imperialismos. La crisis del gobierno inglés actual,
más las dificultades que encuentran los invasores
en Irak, pueden ver al movimiento otra vez en marcha, y
es de primordial importancia sacar las conclusiones de las
luchas llevadas adelante. La lucha contra la guerra para
llevarla hasta el final debe ser una lucha contra el imperialismo.
Y la lucha contra el imperialismo es tanto contra los gobiernos
norteamericano e inglés, como francés y alemán,
así como los gobiernos sirvientes de las semicolonias.
Para eliminar las causas de la guerra se debe abrir un nuevo
frente de guerra: el "frente social" encabezado
por la clase obrera, liderando a los oprimidos. Que entrelace
las luchas obreras y sociales cotidianas con las luchas
contra el imperialismo y la guerra.
Esta nueva generación europea, tiene la ventaja de
que el stalinismo está en una enorme decadencia y
la socialdemocracia en una lenta agonía, y no podrán
jugar como en el pasado el rol reaccionario de desviar y
aplastar eventuales procesos revolucionarios sostenidos
en su "prestigio". Por otro lado, la juventud
europea, tiene la ventaja (a diferencia de los jóvenes
sudamericanos) de convivir con la generación del
’68 y aprender de ella, que no fue exterminada por dictaduras
sangrientas como en las semicolonias. También tiene
la inexperiencia de no haber pasado por situaciones revolucionarias,
y carga en sus espaldas la desconfianza en las ideas del
marxismo de parte de las grandes masas, producto de más
de ’60 años de deformación stalinista y de
su innoble fin. El rol de los revolucionarios es el de sacar
las lecciones de las luchas de hoy, comparadas con las de
ayer, y formar una nueva generación de marxistas
revolucionarios que puedan intervenir en forma decisiva
en las luchas por venir.

NOTAS

1
Jürgen Habermas y Jacques Derrida, Europa a la búsqueda
de su identidad perdida.
2 El 8 de agosto se realizó un gran mitin "antiglobal"
con más de 200.000 personas encabezadas por José
Bové en Larzac, que se centró en la condena
a la OMC, y no se habló de... Irak! Su centro era
la defensa de la "agricultura biológica",
especialidad europea y particularmente francesa.
3 Todos ellos pertenecen a la Izquierda Anticapitalista
Europea, que organizó un congreso el 9 y 10 de junio
en Atenas. Actúan en común en el Parlamento
Europeo y por lo general en la lucha de clases.
4 Lutte Ouvrière y el PT, igualmente tuvieron una
política similar a la LCR, negándose a levantar
como programa el triunfo de Irak.
5 Toni Negri, El continente de la democracia absoluta.
6 Idem 5.
7 Idem 5.
8 Multitudes, N° 11, invierno (boreal) 2003.
9 Idem 8.
10 Le Nouvel Internationalisme, pág. 7.
11 Idem, pág. 184.
12 Idem, pág. 44.
13 Idem, pág. 31.
14 Idem, pág. 85.
15 Idem 14.
16 Idem 14.
17 Ver artículo "El gran retorno del Estado-patrón"
del diario italiano La Repubblica, reproducido (en español)
en nuestro sitio web Panorama Internacional (www.ft.org.ar).

  • TAGS
Notas relacionadas

No hay comentarios a esta nota