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Comunicados de prensa

ESPECIAL ANIVERSARIO

7 y 8 de julio de 1975: Una huelga general de masas que conmovió al país

Presentamos aquí un artículo que describe aquellas jornadas de julio de 1975 y agregamos también, otros enlaces de interés relacionados con los diversos temas que trata el libro INSURGENCIA OBRERA EN LA ARGENTINA 1969-1976.

Facundo Aguirre

2 de julio 2007

El 4 de Junio de 1975 Celestino Rodrigo, Ministro de Economía, anuncia un paquete de medidas que trascendería bajo el célebre apodo de “Rodrigazo”. Se termina así con el “Pacto Social” que desde 1973 regía la relación entre los patrones, el Estado y los trabajadores. La nueva orientación económica beneficiaba al capital local y financiero más concentrado, excluyendo la concertación con las masas, una política de shock para revertir la crisis económica y permitir una nueva fase de acumulación capitalista lanzando un brutal ataque contra el nivel de vida de los trabajadores. Isabel Perón y López Rega pretendían ganar apoyo burgués e imperialista para fortalecer al gobierno como instrumento de restauración del orden en las fábricas y liquidar a la extendida vanguardia obrera y popular.

Ministro de Economía, Celestino Rodrigo

En el centro, el Ministro de Economía Celestino Rodrigo

Entre las medidas del “Rodrigazo” se encuentra una devaluación del peso con relación al dólar que oscila entre el 80 y el 160% y un aumento sideral de los precios que en algunos casos llega al 180% como en las naftas o el 75% en las tarifas de colectivos. Otra medida que exacerbará el ánimo obrero y predispuso a los sindicatos dirigidos por la burocracia peronista contra el plan fue el anuncio del congelamiento de las paritarias y el establecimiento de los topes salariales.

La respuesta obrera: la gestación de la huelga general

La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y corrió por cuenta de la base obrera y el activismo que le fue imponiendo a la burocracia y a los sindicatos una huelga general que obligará a López Rega a huir del país y a Rodrigo a renunciar sin pena ni gloria.

"Queremos las cabezas de Lastiri, Rodrigo y López Rega por traidores al movimiento obrero"

La punta del conflicto fue la IKA Renault de Córdoba donde el 2 de junio los obreros en asamblea deciden contestar a los todavía rumores sobre el plan económico con un abandono de tareas. El ejemplo ganará a las fábricas del interior del país –esencialmente Córdoba y Santa Fe- y del Gran Buenos Aires. Pese a las derrotas previas sufridas por las vanguardias que venían del Cordobazo, del primer clasismo (Sitrac - Sitram), de Luz y Fuerza Córdoba (Agustín Tosco), del SMATA Córdoba (René Salamanca) y de la combativa UOM Villa Constitución (Alberto Piccinini), la clase obrera de Córdoba, Santa Fe y Mendoza jugará un papel de primer orden en los acontecimientos.

Las medidas de lucha se multiplican y se imponen paros por gremios a escala provincial que en algunos casos toman el carácter de paros regionales. El movimiento se va extendiendo a nivel nacional y el enfrentamiento con la burocracia cobra presión. En la zona norte del Gran Buenos Aires –donde se distinguen por su combatividad los obreros de las automotrices y de los Astilleros de Tigre y San Fernando- se inicia en dos oportunidades la marcha hacia la Capital, intentando llegar a las sedes del SMATA y de la UOM para demandar directamente a los dirigentes. En el primer caso, el intento es liderado por los obreros de la Ford y de astilleros Astarsa, en el segundo por los trabajadores de General Motors. Se producen además ocupaciones de fábrica en la misma Astarsa, y -en Córdoba- Grandes Motores Diesel.

La burocracia sindical –encabezada por Lorenzo Miguel- se ve obligada a cambiar su actitud y exige a Isabel la homologación de los convenios.

Para ello convoca para el 27 de junio a una jornada contra el plan Rodrigo, en apoyo a la Presidente y por la rápida homologación. Sin embargo, por presión de la base se convierte en un virtual paro general y más de 100.000 personas se reúnen en Plaza de Mayo reclamando la renuncia de Rodrigo y López Rega. Por primera vez en toda su historia la clase trabajadora levantará demandas políticas enfrentando al gobierno peronista.

La huelga general política

El 28 de junio Isabel anuncia su negativa a homologar los convenios. El Ministro de Trabajo, Ricardo Otero renuncia. La burocracia quedará enfrentada –a su pesar- al gobierno aunque no toma medidas para ahondar el enfrentamiento. La actitud de los dirigentes es de prescindencia, Casildo Herrera (Secretario General de la CGT) y Lorenzo Miguel (UOM) se van a Ginebra al Congreso de la OIT, de donde regresarán recién el 1° de julio.

Mientras tanto, las movilizaciones obreras espontáneas se extienden en todo el país y tiene lugar una huelga general de hecho. Surgen las coordinadoras interfabriles del Gran Buenos Aires que organizarán la mayoría de las movilizaciones, las asambleas y los paros en este corazón del proletariado industrial.

En el interior, no son pocos los casos donde se sobrepasa a la burocracia. En Rosario manifiestan los metalúrgicos hacia la sede UOM, y se ocupa posteriormente la CGT Regional. Lo mismo sucede en Santa Fe. Se paralizarán prácticamente todas las fábricas en Rosario y Córdoba. Desde la zona norte del Gran Buenos Aires se discute organizarse e ir a Plaza de Mayo. Al edificio histórico de la CGT nacional en Azopardo llegan manifestaciones obreras con la consigna “14.250 o paro nacional”, en las que se grita contra López Rega e Isabel, exigiendo sus respectivas renuncias.

14250 o Paro Nacional

En La Plata se decide interrumpir las tareas en la industria y marchar hacia la sede central de la CGT donde se producirán enfrentamientos violentos con la burocracia y la policía que la defiende.

En Capital, los bancarios -y la mayoría de las fábricas- detienen las actividades, mientras columnas obreras se encaminan a la sede de la CGT. Las regionales de la CGT de Córdoba, Mendoza, Rosario, Santa Fe, San Nicolás, La Plata, Ensenada y Berisso y la UOM Rosario, se ven obligadas a llamar al paro, junto a fábricas de Capital y Gran Buenos Aires, fundamentalmente las metalúrgicas, textiles y mecánicas.

Jaqueada por el desafío del gobierno y la movilización de las bases, la CGT llama a un paro de 48 hs. para el 7 y 8 de julio. Por primera vez un gobierno peronista debe soportar una medida de fuerza de estas características. El paro es completo y antes de que la medida finalice, el gobierno cede y da la homologación. Así lo sintetiza un protagonista: “…el 7 y 8 de julio, en mi vida vi una cosa así. Las radios no tenían programa, cada tanto un locutor que decía: la sociedad argentina de locutores se adhiere a la huelga general. No había nada. No te enterabas de nada. Sabías que había huelga nada más.”1

Un doble poder fabril

Durante las jornadas de junio y julio surgirán las coordinadoras interfabriles del Gran Buenos Aires, organizaciones obreras democráticas y articuladas desde la base, integradas por los dirigentes y activistas más reconocidos y combativos de distintas fábricas. Desde allí partirán los piquetes para extender el movimiento y consolidar la nueva organización que se está gestando. Serán las asambleas de fábrica donde actúan las coordinadoras las que marcarán en gran parte el ritmo de los acontecimientos. Así reflejó la prensa la situación “La actividad gremial pareció desplazarse por momentos a las fábricas... Hubo asambleas en las plantas industriales en las que se examinó la situación salarial a la luz del receso de las negociaciones paritarias y la eventual incidencia de las medidas económicas en el poder adquisitivo. En uno de esos casos –en las plantas de una empresa automotriz (Ford) los operarios deliberaron prácticamente desde la mañana del jueves (6/6), suspendiendo de hecho sus tareas”2

Estas organizaciones expresaban un doble poder fabril basado en las comisiones internas y cuerpos de delegados que disputaban a la patronal el control del lugar del trabajo y a la burocracia la dirección de un sector del movimiento obrero. Organizadas zonalmente (norte, sur, oeste, La Plata-Berisso y Ensenada, y Capital Federal), serán los obreros de las grandes metalúrgicas y automotrices los que estarán a la cabeza de fábricas como la Ford, General Motors, Astilleros Astarsa, Del Carlo, Tensa, Editorial Abril, La Hidrófila en la zona norte; Indiel, Santa Rosa, Man, entre otras, en oeste; Rigolleau, Saiar, Alpargatas, Cattorini, frigorífico Serna y las grandes líneas de colectivos en la zona sur; Propulsora Siderúrgica, Astilleros Río Santiago, Peugeot, Petroquímica Sudamericana, el frigorífico Swift, en La Plata Berisso y Ensenada. En Capital los trabajadores del subte y los choferes organizarán la coordinadora Interlíneas, mientras que comisiones internas de la Asociación Bancaria, coordinarán su actividad y demandas. El 1° de julio, La Opinión destaca que “Las fábricas de la capital y alrededores quedaron en su mayoría paralizadas cuando sus operarios resolvieron detener actividades, algunos permanecieron en los establecimientos, otros se encaminaron a la sede de la CGT (...). En ningún caso quedó constancia de decisiones tomadas por la respectivas conducciones gremiales”.3 El 3 de julio las Coordinadoras organizarán una marcha de miles de obreros hacia la Capital, siendo interceptadas por un despliegue policial inusitado a la altura de General Paz en zona norte y en Puente Pueyrredon en zona sur. La burocracia las desautoriza declarando que “…exhortan a todos los trabajadores a mantenerse férreamente unidos, solidarios y disciplinados a sus legítimos organismos de conducción gremial y no dejarse utilizar por elementos que aprovechando la difícil situación por la que atraviesa el país quieren llevar a una perturbación que impide resolver los grandes problemas…”4.

La huelga del 7 y 8 obliga a retroceder al gobierno y provoca la caída de Rodrigo y López Rega. La burguesía se espanta ante la posibilidad de que todo el gobierno cayera en forma revolucionaria. Lamentablemente la JTP (brazo sindical de Montoneros) hegemónica en las Coordinadoras –acompañada por el resto de la izquierda de entonces- no plantean la caída de Isabel colaborando en frenar al movimiento y permitiendo que la burocracia divida a la base obrera y descomprima la situación, reubicándose en apoyo del nuevo gabinete. Sin embargo, la experiencia de esta fenomenal huelga política de masas marcará el descenlace del gobierno de Isabel, decidiendo a la burguesía y el imperialismo por la salida del golpe.

Las contradicciones que atraviesan a la clase obrera -la que surge de la crisis de la conciencia histórica que la unía al peronismo-, la de sus organizaciones tradicionales que estaban siendo sobrepasadas por el proceso de autoorganización obrera, y la de su soledad en el plano de la lucha de clases debido a la ruptura de la alianza obrera y popular y la ausencia de independencia política, se verán agravadas por la política conciliadora de la izquierda peronista y por el alternativismo que predicaban tanto la guerrilla del PRT-ERP como los propios Montoneros. La ausencia de un partido obrero revolucionario y socialista, cuya estrategia fuera desarrollar el frente único obrero y la constitución de nuevas organizaciones, para profundizar el enfrentameinto contra el peronismo atentará para que la clase obrera de una salida a la crisis nacional. En estas cirscunstancias, la huelga política no se elevará a un plano más ofensivo de lucha por el poder. Por el contrario, las acciones obreras posteriores quedarán en el plano de la lucha reivindicativa y aunque en febrero y marzo de 1976, un movimiento –dirigido por las Coordinadoras – se perfila contra el Plan Mondelli, las cartas ya están echadas y las potencias oscuras que preparan el golpe, son una realidad.

Isabel Perón y dirigentes de la CGT

Isabel Perón, secundada por los dirigentes de la CGT, Lorenzo Miguel y Casildo Herrera. Junto a ellos, el ministro de Economía Emilio Mondelli


OTROS ENLACES DE INTERES:

En venta en el Instituto del Pensamiento Socialista "Karl Marx", Riobamba 144, Ciudad de Buenos Aires y en las principales librerías del país.

Ruth Werner (co-autora) y Titín Moreira (ex militante del PST en los ’70 y actual dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas) invitados a Pateando el Tablero hablaron sobre Insurgencia Obrera en la Argentina 1969-1976

Escuchá la segunda parte de la entrevista haciendo click aquí

1969: El Cordobazo

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Córdoba

"A partir del Cordobazo de mayo de 1969 se desarrolló un primer período de levantamientos (algunos con características insurreccionales), que tuvo lugar en las principales ciudades del interior del país. Durante aquella primera etapa, Córdoba se transformó en el centro del proceso revolucionario. Desde 1969 hasta 1971, la clase obrera cordobesa llevó adelante un colosal ascenso que no sólo fue determinante para acabar con las dictaduras de Onganía y Levingston, sino que también selló la suerte de distintos gobiernos provinciales." W. Moretti y M. Torraz: "La experiencia del clasismo cordobés", en R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia Obrera en la Argentina 1969-1976

imagen del Cordobazo

Tapa de la revista Siete Días durante el Cordobazo

Cámpora: del 25 de mayo al 13 de julio de 1973

"Tanto por su composición, como por su discurso y por las aspiraciones a las que debía dar respuesta, el gobierno de Cámpora constituyó una suerte de primavera frentepopulista. En este periodo, se intentó conciliar a la clase trabajadora y a la juventud radicalizada con los sectores patronales y las instituciones estatales, incorporando a los sindicatos y a la JP al gobierno. (...) Ni bien asumió el nuevo gobierno se sucedió una oleada de ocupaciones de fábricas y movilizaciones por toda clase de demandas, impulsadas tanto por la vanguardia para desalojar a los viejos funcionarios dictatoriales como por la derecha peronista para disputar cotos de poder a la Tendencia. A partir de ese momento comienza a quedar clara la impotencia de Cámpora para mantener el orden en las calles mediante discursos y algunas moderadas transformaciones, en medio de una complicada puja interna en el seno del partido gobernante (...). El 23 de setiembre de 1973 se consagrará, así, casi de manera plebiscitaria, la fórmula Perón-Perón." R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

La triple A

"El objetivo criminal de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A o AAA), dada a conocer a fines de 1973 durante el gobierno del gral. Juan Domingo Perón, fue cercenar los lazos de la vanguardia obrera y estudiantil con el movimiento de masas, al tiempo que se depuraba al peronismo de su ala radicalizada."
A. Robles: "La Triple A y la política represiva del gobierno peronista" en R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

1974: Discurso de Perón en la Plaza de Mayo el 1° de mayo

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"Una vez en el gobierno, la estrategia de Perón será la de apoyarse en el fortalecimiento de las instituciones gremiales de un movimiento obrero unificado, altamente centralizado y articulado en una estructura vertical. Es decir, asegurar el fortalecimiento de la burocracia sindical y apoyarse decididamente en ella." R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

1974: Huelga en la metalúrgica INSUD (La Matanza)

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"En el partido de La Matanza existían 3.791 establecimientos industriales que reunían a 57.185 obreros y empleados. La coordinadora nucleaba esencialmente fábricas metalúrgicas, papeleras, automotrices, jaboneras, textiles, de fibrocemento y mosaístas." R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

Presentamos aquí un fragmento del documental "Me matan si no trabajo y si trabajo me matan", un film en blanco y negro de Raymundo Gleyzer, del Grupo Cine La Base. El film retrata la lucha de los obreros de la fábrica metalúrgica INSUD, de San Justo (La Matanza), por reinvindicaciones salariales y contra las condiciones insalubres de trabajo. En este fragmento del documental que presentamos en este enlace se ve al diputado Ortega Peña -quien luego fuera asesinado por la Triple A-, hablando en la manifestación de los trabajadores frente al Congreso de la Nación. Gleyzer, quien terminó de rodar esta película en los días en que era asesinado Ortega Peña, se la dedica como emotivo homenaje.

1975: El Rodrigazo, por "Pateando el Tablero" - Radio Splendid AM 990

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1976: Comunicado N° 1 de la Junta Militar, firmado por el Gral. Jorge Rafael Videla anunciando el GOLPE DE ESTADO

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"Durante el mes de marzo, quedará expresada con sobrada claridad, la voluntad golpista de los militares, los empresarios, la oposición política burguesa y la embajada norteamericana. Para las clases dominantes, la suerte del gobierno de Isabel estaba echada y sólo era cuestión de dar a conocer la fecha. Los diarios y los programas de radio y televisión preparaban el clima, aceptando de antemano, como hecho consumado, la llegada de los militares. Los planteos y actitudes políticas de las FF.AA. restaban cuotas de poder al gobierno civil de manera creciente. La amenaza golpista no tenía enfrente ninguna oposición democrática dispuesta a resistirla. Sólo los trabajadores veían con desconfianza la posibilidad de un golpe. Pero tampoco constituían un polo de atracción social que pudiera ofrecer una salida a las mayorías populares, frente al clima de caos generado por la incompetencia del gobierno y por la conspiración abierta de la patronal, que desplegó todo tipo de maniobras a favor de la intervención de las FF.AA. La historia, como sabemos, se resolvió trágicamente a favor de la dictadura militar. El terrorismo estatal liquidará la experiencia militante de toda una generación a partir del 24 de marzo de 1976."
R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

Publicidades emitidas en TV durante la dictadura

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"El golpe contrarrevolucionario se proponía derrotar el ciclo de la lucha de clases que amenazaba al capitalismo argentino. Públicamente el discurso de la dictadura señalaba como su objetivo: ’Restituir los valores esenciales que sirven de fundamento a la conducción integral del Estado, enfatizando el sentido de moralidad, idoneidad y eficiencia, imprescindible para reconstruir el contenido y la imagen de la nación, erradicar la subversión y promover el desarrollo económico.’ Se comprometían a garantizar la vigencia de ’los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad de ser argentinos’ además de erradicar ’la subversión y las causas que favorecen su existencia.’ El objetivo de la contrarrevolución era restaurar el orden social, amenazado por la lucha obrera. José Alfredo Martínez de Hoz confiesa que, en aquel entonces, la preocupación de los empresarios que pedían la intervención militar, se centraba en que el accionar obrero estaba ’impidiendo la libertad de trabajo, la producción y la productividad; es decir, el gobierno debía asegurar la libertad y el imperio del orden sobre todas las cosas.’ El imperio del orden puede traducirse en la defensa de la propiedad privada y la impunidad para las clases y grupos dominantes, que debían abocarse apresuradamente a una reconversión que no dejaba espacio para las limitaciones jurídicas y políticas."

"El 24 de marzo, 200 fábricas pararon contra el golpe. Un gesto heroico pero insuficiente de la avanzada de la clase obrera. Con todo, un gesto que corresponde incluir en el registro histórico, que hasta ahora sigue mostrándose renuente a albergar las noticias de la resistencia obrera al golpe militar." R. Werner y F. Aguirre: Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976

Afiche del film "catorcedoscincuenta", sobre las jornadas de junio-julio de 1975

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