Estrategia Internacional N° 9
Julio/Agosto  - 1998

LLAMADO A UNA CAMPAÑA PERMANENTE POR LA REIVINDICACION Y LA OBRA DE LEON TROTSKY

El 20 de agosto de 1940 un agente de la GPU, la policía secreta de Stalin, golpeaba mortalmente a León Trotsky, el compañero de Lenín en la Revolución de Octubre de 1917 y el organizador del Ejército Rojo, que bajo su dirección logró derrotar a los 14 ejércitos enviados por los explotadores imperialistas a liquidar la entonces naciente república de los soviets.

Se asesinaba así a quien fuera un revolucionario incorruptible a lo largo de toda una vida puesta al servicio de la liberación de la clase obrera mundial de las cadenas de la explotación capitalista y de la opresión burocrática. Como señalara en su testamento, murió reivindicando el sentido general de sus 42 años de militancia conciente bajo las banderas del marxismo y con la fe inquebrantable en el futuro comunista de la humanidad.

Trotsky fue víctima, como miles de valientes y honestos revolucionarios, no sólo de la persecución y el ataque de los gobiernos defensores directos del gran capital -especialmente los nazi-fascistas- sino de la calumnia, la persecución y el asesinato a manos del régimen stalinista, que en los tristemente célebres "juicios de Moscú" lo acusó -al igual que a prácticamente todos los principales dirigentes de la revolución de octubre que seguían con vida- de "agente del nazismo, del fascismo y del imperialismo japonés" por enfrentar inclaudicablemente la política antiobrera de la burocracia gobernante en la Unión Soviética.

Aún hoy en los países de la ex Unión Soviética persiste la versión oficial de la historia construida por años de los más burdos pero sistemáticos falseamientos del verdadero papel histórico jugado por Trotsky. Estas calumnias fueron repetidas en su reciente visita a la Argentina por Guennadi Ziuganov, principal dirigente del Partido Comunista de la Federación Rusa. En una conferencia realizada en junio de este año en el local del Partido Comunista Argentino afirmó que "Yeltsin es un seguidor de Trotsky". La comparación no sólo es burda sino indignante. Yeltsin es hoy el referente principal de quienes quieren terminar de enterrar todo vestigio de la revolución de octubre, de los que Ziuganov no es más que otra variante. Trotsky fue junto con Lenín el gestor de dicha revolución. No extrañan estas palabras en boca de Ziuganov, representante de una organización que continúa bastardeando y desacreditando la idea del comunismo, es decir la perspectiva de una sociedad sin explotación ni opresión, marchando frecuentemente bajo los retratos tanto de Stalin como del zar y alabando la masacre a los estudiantes chinos a manos de sus colegas de Pekín en la plaza Tiennamen. Una vez más los dirigentes del Partido Comunista Argentino se prestaron a la difusión de tales calumnias, siguiendo la triste tradición iniciada por su fallecido dirigente histórico, Vittorio Codovilla, que fue uno de los principales organizadores y ejecutores del asesinato de Andrés Nin y de otros centenares de revolucionarios españoles durante la guerra civil así como orquestador de la campaña de calumnias sobre Trotsky en América Latina con el fin de lograr plafond político para la aceptación de su asesinato.

La nueva andanada de injurias sobre el gran revolucionario ruso exige poner renovadas fuerzas en movimiento para terminar con calumnias miserables que llevan décadas. En este nuevo aniversario de su asesinato, los abajo firmantes, dirigentes de organizaciones políticas y sociales, trabajadores, intelectuales, estudiantes, artistas, compartiendo o no la integridad de las ideas políticas de León Trotsky, enemigos de la calumnia, la injuria y la persecución hacia los luchadores obreros y populares -máxime cuando son lanzadas contra un revolucionario íntegro e incorruptible y de la talla de Trotsky-, hacemos un llamado a realizar una campaña permanente, nacional e internacional, por la reivindicación de la figura y la obra de León Trotsky.