Estrategia Internacional N° 10
Noviembre/Diciembre  - 1998

Cono Sur
MALVINAS: CON MARGARET THATCHER O LA "TERCERA VÍA" DE TONY BLAIR, SIEMPRE LA MISMA POLÍTICA IMPERIALISTA

Claudia Cinatti

La derrota de Argentina en la guerra de Malvinas en 1982 a manos de la Thatcher, permitió que el imperialismo redoblara la ofensiva sobre el mundo semicolonial, logrando hacerle pagar su crisis económica con el agobio de la deuda externa, a tal punto que los años 80 pasaron a la historia como la “década perdida” para América Latina.

Por eso, tras conocerse la noticia del arresto del ex dictador -y aproximándose la visita de Menem a Londres- la ex primer ministro conservadora y actual miembro de la Cámara de los Lores, la baronesa Margaret Thatcher, exigió mediante una carta publicada en el diario Times la libertad inmediata de Pinochet, recordando su inapreciable ayuda para la victoria imperialista durante la guerra de Malvinas.

Es que Pinochet y Thatcher, ahora dos ancianos pero tan contrarrevolucionarios como siempre y que gustan de tomar el té juntos, son dos de los símbolos vivientes del ciclo del reaganismo-thatcherismo de la década de los 80, un período muy duro para el movimiento de masas no sólo en las semicolonias sino también en los países centrales.

La detención de Pinochet y las declaraciones de Margaret Thatcher plantearon nuevamente la discusión sobre Malvinas, a pocos días de que Menem iniciara su visita oficial a Londres con el plan de poner en marcha la “reconciliación” con el imperio británico. Esto complicó la visita oficial a Londres, sin embargo Menem salió rápidamente a respaldar a sus colegas chilenos y se sumó al coro de cipayos que exigen la libertad del asesino Pinochet, pasando por alto la colaboración confesa del ex dictador con las tropas británicas durante la guerra de Malvinas.

El Nuevo Laborismo de Tony Blair, al igual que la conservadora Margaret Thatcher sigue defendiendo con uñas y dientes las colonias de la corona británica. En un reportaje concedido al diario Clarín, Tony Blair planteó que “la soberanía en Malvinas no se negocia” y que “cualquiera que sean las críticas que vienen de cualquier lado, está bien que el presidente Menem y yo digamos: ‘¡Vamos!, existe el tema de Malvinas pero no vamos a permitir que domine la totalidad de la relación entre Gran Bretaña y la Argentina porque eso no es beneficioso para ninguno de los dos países, dado que tenemos una relación comercial y de negocios entre nosotros....Lo sensato es tener en cuenta que el Reino Unido es el principal inversor europeo en la Argentina. Hemos invertido más de dos billones de libras esterlinas desde 1990. Nuestras exportaciones han crecido dramáticamente en los últimos años. Tenemos una relación comercial muy sana: Rover es el auto importado que más se vende en la Argentina” (Clarín 25/10)

Las palabras de Tony son las de un jefe de estado imperialista que lo único que le interesa discutir es cómo los grandes monopolios británicos se meten en el Mercosur y siguen haciendo jugosos negocios en América Latina, mientras que la reina y la Cámara de los Lores (Cámara alta del parlamento británico integrada por los grandes burgueses con título nobiliario) supervisan la marcha de sus asuntos en el mundo semicolonial.

Los cipayos “democráticos” de América Latina, como Menem o Frei, (así como los “opositores centroizquierdistas” como la Alianza en Argentina o el “socialista” Lagos en Chile), siguen manteniendo la misma política de entrega al imperialismo que las dictaduras de las dos décadas pasadas. Menem no sólo pidió públicamente “perdón por Malvinas”, sino que le rindió homenaje a los caídos británicos en la guerra y se reunió con la reina y el príncipe Andrés, el miembro de la familia real que estuvo en combate en Malvinas. Siguiendo la política de “relaciones carnales” con el imperialismo, plantea una serie de “soluciones pacíficas” al tema Malvinas, como la autodeterminación de los Kelpers, la autorización para poner una bandera argentina junto a la británica, etc. Todas estas “soluciones” parten de reconocer el derecho imperial de Gran Bretaña a ocupar y explotar territorio argentino. Es que el objetivo del viaje de Menem, acompañado por una nutrida delegación de empresarios, es rendir examen ante los parásitos de la “city” de Londres, para seguir entregando el país a los grandes monopolios.

Contra los “pacifistas” que encubren tras una salida “negociada” su carácter imperialista, los revolucionarios reivindicamos el legítimo reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas, contra la ocupación imperialista que mantiene un así un enclave geoestratégico en el cono sur. Por eso durante la guerra estábamos en el bando militar de la nación oprimida contra el imperialismo a la vez que luchábamos por derribar la sangrienta dictadura militar y llamábamos a la unidad del proletariado de América Latina, a la clase obrera británica a ser derrotista de su propio gobierno imperialista. Como en el 82, seguimos planteando que la única forma de echar al imperialismo no sólo de Malvinas, sino de América Latina, es que la clase obrera del Continente, a la cabeza de los sectores populares de las naciones oprimidas, expropie los intereses imperialistas la región, enfrente a sus cipayos nativos, ya sean dictadores o “demócratas” con la estretagia de una revolución obrera y socialista que libere definitivamente a Latinoamérica del imperialismo y siente las bases para establecer una Federación Socialista de América Latina.